El engaño de la belleza en “A una rosa” de Sor Juana Inés de la Cruz
By Elizabeth Carman '16
SPAN 323: Intro. to Hispanic Literature
Elizabeth’s paper stood out for several reasons. First, the poem on which she chose to write–a Baroque sonnet by Mexican nun and poet Sor Juana Inés de la Cruz–is quite challenging linguistically, formally and thematically, I found it admirable that Elizabeth decided to focus on this particular poem (which we did not read in class). Second, Elizabeth aptly demonstrated how to conduct a close reading of a literary text, zeroing in on the sonnet’s intricacies, yet never losing sight of the overarching theme of her paper — the rose as a symbol of youth’s vanishing beauty. Finally, Elizabeth’s paper is noteworthy for its overall organization and flow and appeals to appropriate literary vocabulary and grammatical accuracy in Spanish.
– Kathleen Korcheck
Sor Juana Inés de la Cruz fue una autora mexicana conocida por sus obras literarias en el movimiento barroco. Desde que era joven, Sor Juana perseguía una vida llena de estudios y conocimiento (Friedman, Valdivieso y Virgillo 190). Aunque eventualmente se hizo monja para que pudiera estudiar, decidió abandonar sus estudios para enfocar en la vida monástica debido a la presión de la Iglesia (190). La poeta murió joven en 1695, pero a pesar de su muerte temprana, escribió muchas obras famosas y complejas, incluyendo el poema “A una rosa.” Esta obra es un soneto típico de esta época que tiene catorce versos organizados en dos cuartetos y dos tercetos. Antes del principio de la obra, hay una descripción que introduce el argumento del poema y el concepto de una rosa a los lectores. Después de este verso, Sor Juana empieza la obra por invocar una rosa. La autora dice que tiene belleza y elegancia (1-4). Sin embargo, el tono del soneto cambia en la segunda estrofa cuando Sor Juana empieza a hablar sobre cómo una rosa imita a la humanidad por su vanidad (5-6). La poeta continúa hablando sobre la arrogancia de la rosa en la tercera estrofa, enfatizando especialmente la ignorancia de la rosa en relación a su muerte (9-10). En el fin, la rosa se marchita y se muere (11-14). Por su vida y belleza, la rosa engaña a la humanidad, pero por su muerte, la rosa enseña a la humanidad sobre la vanidad y la brevedad de la vida (14).
Como muchas otras obras del barroco, “A una rosa” tiene temas como la belleza, la desilusión y el tiempo (López-Portillo 157). El símbolo de una rosa y todos estos temas crean el mensaje principal en este soneto. Aunque este poema no es muy largo, Sor Juana todavía usa simbolismo y complejidad para ofrecernos una perspectiva bastante pesimista de la belleza y la juventud. Por examinar el símbolo de la rosa y los temas de belleza y tiempo en este poema, específicamente en relación a la antítesis y el carácter didáctico de la rosa, argumento que Sor Juana usa el símbolo de una rosa para mostrar a sus lectores la inutilidad de la belleza de juventud.
Durante todo del poema, la voz poética presenta el símbolo de la rosa. Por el título de “A una rosa,” se puede ver que la autora está escribiendo este soneto a una rosa por el uso de un apóstrofe. También, la poeta aborda este objeto inanimado por el uso del pronombre de sujeto de “tú” durante el poema. Por ejemplo, en la primera estrofa, la voz poética escribe, “Rosa divina que en gentil cultura / eres, con tu fragante sutileza” (1-2). Por el uso de este pronombre de sujeto y el símbolo de la rosa en este poema en general, la autora está usando personificación también. Normalmente, no se invoca un objeto inanimado con “tú.” También, Sor Juana le da características humanas a la rosa, especialmente en la tercera estrofa cuando escribe “¡Cuán altiva en tu pompa, presumida, / soberbia” (9-10). Una persona normalmente le da este tipo de características a otra persona, pero ya que la autora le atribuye estas características a una flor, la poeta nos ayuda a entender la situación de una rosa en relación con la de la humanidad. Por su referencia a “la humana arquitectura” en el poema, Sor Juana nos revela unas características de la gente del mundo (5). Sin embargo, en la segunda mitad del poema se puede ver que no todas las características de la humanidad son positivas.
El símbolo de la rosa en esta obra representa la vanidad de la humanidad. El soneto empieza con descripciones vívidas de una rosa. En la primera estrofa, Sor Juana describe la rosa con palabras como “divina” y “gentil” (1). La voz poética habla sobre la “fragante sutileza” y “la belleza” de la rosa en esta estrofa también (2-3). Sin embargo, este tono positivo empieza a cambiar en la segunda estrofa cuando la autora escribe, “Amago de la humana arquitectura, / ejemplo de la vana gentileza” (5-6). Estos versos son indicadores obvios del símbolo de la rosa en relación a “la humana arquitectura” (5). Sor Juana empieza a referirse a la rosa como un “ejemplo de la vana gentileza” en esta estrofa, pero expande esta idea en la tercera estrofa (6). A la rosa, la autora dice: “¡Cuán altiva en tu pompa, presumida, / soberbia, el riesgo de morir desdeñas” (9-10). En estos versos, la autora describe la arrogancia de la rosa. Estas características negativas contrastan con las de la rosa bella en la primera estrofa. Por este contraste, Sor Juana quiere que sus lectores sepan que la rosa tiene arrogancia debido a su belleza y juventud. Ya que la rosa es un símbolo de humanidad en esta obra, Sor Juana está comentando sobre la vanidad de humanidad también, particularmente en relación con los jóvenes. De hecho, Sor Juana introduce esta idea antes de que el poema empiece. Por el argumento de “En que da moral censura a una rosa, y en ella a sus semejantes,” Sor Juana nos presenta con la relación entre una rosa y humanidad por mencionar la “moral censura” de la rosa y las “semejantes” de la rosa, que representan la gente del mundo (191).
Como el símbolo de la rosa, Sor Juana exhibe el tema de belleza durante todo este poema. Muchas descripciones de la belleza de la rosa están en la primera estrofa: “Rosa divina que en gentil cultura / eres, con tu fragante sutileza, / magisterio purpúreo en la belleza, / enseñanza nevada a la hermosura” (1-4). En esta estrofa, es obvio que Sor Juana está escribiendo sobre la belleza de la rosa en términos positivos. Aunque parece que la voz poética tiene una perspectiva optimista de la belleza de la rosa en esta estrofa, el uso de palabras como “presumida” y “soberbia” en la tercera estrofa indica que la belleza puede provocar sentimientos de vanidad (9-10). Como ha escrito Galicia Lechuga, “mientras que los cuartetos eran una alabanza de la rosa, los tercetos la atacan” cuando explican la vanidad de la rosa (222). Para la voz poética, esta vanidad no es una característica deseable. En la última estrofa, escribe que la rosa tenía una “necia vida” debido a su arrogancia y vanidad (13). También, Sor Juana refuerza su perspectiva negativa de la belleza por sus descripciones de la naturaleza engañosa de la belleza de la rosa. Aunque la rosa tiene una apariencia bonita, dicha apariencia es engañosa porque el carácter de la rosa realmente es arrogante en vez de “gentil” (1). La autora escribe “viviendo engañas” a la rosa en la última estrofa (14). Este verso indica que, para Sor Juana, la belleza es engañosa y no es necesariamente una característica positiva para la rosa y para seres humanos por lo general.
El concepto de tiempo, como el tema de belleza, es uno de los más prevalentes e importantes temas del soneto. Sor Juana usa este poema para mostrarnos que la belleza de la juventud no dura, y emplea métodos diferentes durante la obra para enfatizar este punto. Primero, la autora incluye unas antítesis en el poema, una característica típica de la poesía sorjuaniana (Luiselli 143). Se presenta la primera antítesis en la segunda estrofa: “la cuna alegre y triste sepultura” (8). Esta antítesis es una comparación entre el nacimiento feliz y la muerte triste de la rosa y parece fluir con las descripciones positivas de la rosa “divina” y “gentil” en la primera estrofa (1). Las ideas de “cuna” y “sepultura” se refieren al concepto de tiempo, particularmente en relación con el cambio dramático de una flor desde su nacimiento a su muerte (8). Sin embargo, el tono de las antítesis en el poema cambia cuando la voz poética empieza a hablar sobre el carácter engañoso de la rosa en las últimas estrofas. A la rosa la voz poética dice, “con que con docta muerte y necia vida / viviendo engañas y muriendo enseñas!” (13-14). Aunque estos versos tienen un tema similar a la primera antítesis—los temas de vida y muerte—estos últimos versos nos ofrecen una visión muy diferente de esta rosa. Galicia Lechuga explica que “la vida de esta engaña a las personas por su hermosura, mientras que su muerte invita a la reflexión sobre la brevedad de la vida” (222-23). La rosa engaña a sus observadores debido a su belleza breve y porque “el riesgo de morir desdeñas” (10). Sin embargo, con el tiempo, la rosa agonizante está “desmayada y encogida” (11). Su belleza de juventud ha desaparecido. En las antítesis sobre la vida y la muerte y el tema del tiempo por lo general, también aparece una rosa didáctica. Esta idea emerge en la primera estrofa cuando Sor Juana escribe, “enseñanza nevada a la hermosura,” frase que una vez más describe la belleza de la rosa, y también nos muestra el carácter didáctico de la flor (4). Según la voz poética, sin embargo, la rosa también enseña por otras maneras: “[v]iviendo engañas y muriendo enseñas” (14). La rosa “es una maestra no por su hermosura, sino por su brevedad, pues muere en cuanto nace” (Galicia Lechuga 222). Por la enseñanza de la rosa, Sor Juana nos revela su mensaje principal de este poema. La juventud y la belleza de la juventud no duran. Aunque estas características de la rosa nos muestran la hermosura y la perfección de ser joven, según la voz poética, esta belleza solamente resulta en una “necia vida” (13). Por su muerte, la rosa nos enseña la realidad de la vida y la juventud con un mensaje bastante pesimista: la belleza de la juventud es inútil. Este mensaje le da al lector la oportunidad de reflejar sobre su vida de una manera diferente.
Aunque una rosa parece una flor bastante cotidiana y normal, Sor Juana aborda el tema de una rosa en una manera que quizás cambia la perspectiva del lector sobre la belleza de la juventud. Los temas presentados en “A una rosa” son típicos del movimiento barroco (Luiselli 145). De hecho, “Soneto CLXVI” de Luis de Góngora es otro poema que se puede comparar con el de Sor Juana (Luiselli 144). Los dos poemas usan ideas sobre la naturaleza para mostrarnos lecciones sobre los temas de la belleza, juventud, y tiempo. Sin embargo, el mensaje central de “A una rosa” no es de “carpe diem,” como el mensaje principal del soneto de Góngora (Luiselli 144). En lugar de esta lección, Sor Juana enseña a sus lectores sobre la inutilidad de la hermosura de juventud. Primero, la autora usa el símbolo de una rosa para expresar sus opiniones de juventud. Por la rosa, se puede comparar su vanidad y vida breve con la arrogancia de la gente joven. Segundo, el poema incluye el tema de belleza para expresar la hermosura de la rosa. Después de exponer estas descripciones positivas, sin embargo, la voz poética sigue por hablar del carácter engañoso de la rosa. Aunque la flor es bonita físicamente cuando es joven, desdeña “el riesgo de morir” y finalmente se muere “desmayada y encogida” (10-11). Por último, Sor Juana incluye el tema de tiempo para enfatizar su perspectiva pesimista de la juventud. Este concepto del tiempo aparece por las antítesis y el carácter didáctico de la rosa en la obra. Por observar la “necia vida” de la rosa, un lector puede reflejar en su propia vida, enfocándose especialmente en la fugacidad de la juventud (13).
En total, la rosa en “A una rosa” no es una maestra por su belleza, sino por su vida breve y vanidad durante su juventud. Como otros autores del barroco, Sor Juana Inés de la Cruz nos muestra por medio de una rosa que las cosas no son siempre lo que parecen. Irónicamente, esta autora también murió a una edad joven, similar a la muerte de una rosa (Friedman, Valdivieso y Virgillo 190). Sin embargo, la memoria y los pensamientos de esta autora viven todavía hoy en su literatura. Por su invocación a una flor, Sor Juana nos enseña sobre el lado negativo de la belleza de juventud y nos ofrece una perspectiva distinta de la vida de una rosa.
Works Cited
Friedman, Edward, Teresa Valdivieso and Carmelo Virgillo, eds. Aproximaciones al estudio de la literatura hispánica. 7th ed. New York: McGraw Hill, 2012. Print.
Galicia Lechuga, David. “Carpe diem y vanitas vanitatum en los sonetos de Sor Juana.” Acta Poética 31.2 (2010): 205-31. Print.
Juana Inés de la Cruz. “A una rosa.” Aproximaciones al estudio de la literatura hispánica. 7th ed. Eds. Edward Friedman, Teresa Valdivieso and Carmelo Virgillo. New York: McGraw Hill, 2012. 191. Print.
López-Portillo, Carmen. Sor Juana y su mundo: una mirada actual. Memorias del Congreso Internacional. México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1998. Print.
Luiselli, Alessandra. “Tríptico Virreinal: Los Tres Sonetos a la Rosa de Sor Juana Inés de la Cruz.” Y diversa de mi misma entre vuestras plumas ando: Homenaje a Sor Juana Inés de la Cruz. Ed. Sara Poot Herrera. México D.F.: Colegio de México, 1993. 137-57. Print.